29 de abril de 2014

Donuts caseros al estilo americano (y sin acidez de estómago)



Oh happy dayyyyyy

Eso es lo que sonaba en mi cabeza mientras iba haciendo esta receta. 

Donuts, muchos donuts, muchísimos donuts... que no duraron ni un suspiro. 

Hacer donuts no es excesivamente difícil, pero hay que trabajar con levadura de panadería y hay que tener controlado el tiempo de levado y, sobre todo, la temperatura de la masa.

Para la receta que os voy a dar salen unos 30 donuts con sus correspondientes agujeros de donut que fueron lo primero que desapareció. 


INGREDIENTES:
  • 350ml ó 390g de leche desnatada templada (podéis usar entera o semi, lo que más os guste)
  • 155g de azúcar blanco
  • 7g de levadura seca de panadería (IMPORTANTE)
  • 45g de mantequilla derretida
  • 55ml ó 45 gr de aceite de girasol
  • 2 huevos L
  • Una pizca de sal
  • 770g de harina de fuerza (IMPORTANTE)
  • Chocolate o azúcar glass para glasearlos
Primero aclarar que es muy importante que la harina que uséis sea harina de fuerza, ya que si no lo es la masa no fermentará lo suficiente. La harina de fuerza tiene más proteína que la normal, necesaria para que la levadura se alimente y crezca.

Lo primero que vamos a hacer es mezclar la levadura con la leche y una cucharadita de azúcar para que se active. La leche debe estar templada y esto es muy importante. Si está demasiado fría no se activará la levadura, y si está demasiado caliente se morirá, así que ojo.


Lo dejamos reposar 5 minutos, hasta que se forme una especie de espuma y comience a oler a levadura fermentada. 


Lo ideal es tener una amasadora o batidora de varillas con pie, pero su no tenemos podemos hacer el proceso a mano sin problema. Batimos los huevos con la mantequilla, el aceite de girasol y el azúcar hasta que la mezcla se integre. Añadimos la leche con la levadura y la pizca de sal y batimos de nuevo.

Poco a poco vamos añadiendo la harina hasta obtener una masa consistente. Enharinamos una superficie plana y la trabajamos amasándola hasta que esté flexible y no pegajosa.

Colocamos la masa en un cuenco ligeramente aceitado y la pintamos con otro poquito de aceite para que no coja costra. Tapamos con papel film y lo dejamos en un lugar cálido de la cocina hasta que haya doblado su tamaño (el tiempo dependerá de la temperatura que haya en nuestra cocina), en mi caso lo meto en el microondas apagado para que el calor de la fermentación ayude a la masa a subir. 

Una vez que ha doblado su tamaño la estiramos sobre una superficie enharinada con ayuda de un rodillo hasta que tenga más o menos un centímetro y vamos cortando los donuts utilizando un cortador grande y uno pequeño. Si no tenemos cortador podemos utilizar un vaso de boca ancha y uno de chupito o una tapa grande y una pequeña, es cuestión de imaginación.

Los vamos colocando sobre una bandeja de horno con papel de hornear y cuando los tenemos cortados los dejamos tapados con un trapo de cocina un par de horas o hasta que casi hayan doblado nuevamente su tamaño.


Calentamos una cazuela alta con aceite de girasol y freímos los donuts en ella con cuidado de no aplastarlos ni deformarlos. Lo mejor es ayudarse de una espátula para colocarlos en el aceite caliente. Ojo con la temperatura, es mejor empezar a una temperatura media e ir aumentándola si es necesario a ponerlo demasiado caliente y quemarlos, ya que sólo necesitan unos 20-30 segundos por cada lado para estar hechos.

Los dejamos sobre un plato con papel de cocina y ya sólo queda glasearlos al gusto. Para el glaseado clásico ponemos una buena cantidad de azúcar glass (unos 200gr) en un cuenco y añadimos unas gotitas de limón (o vainilla, al gusto) junto con una cucharadita de agua. Vamos añadiendo agua poco a poco, a cucharaditas, hasta obtener la consistencia que más nos guste. Metemos los donuts en el glaseado y dejamos secar sobre una rejilla.

Si los preferimos con chocolate, fundimos el chocolate en el microondas junto con un poco de mantequilla. También podemos añadirle nata y hacer una ganaché o no añadirle nada, pero en este caso el chocolate se volverá a endurecer y cuando mordamos el donut se romperá.

Cualquiera de las dos opciones es buena, ya que la masa de estos donuts no lleva demasiado azúcar y por lo tanto permite jugar mucho con el glaseado y ponerlos a nuestro gusto.

Y listo, ya sólo queda atacar los donuts antes de que alguien se nos adelante y nos quedemos sin ellos.

Buen provecho.


4 comentarios:

  1. Ñam, lo ricos que tienen que estar con un cafetín : )

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  2. Buenas tocaya! Soy nueva por tu blog, que pintaza la verdad! Me temo que tendre que pararme por una pasteleria antes de ir a trabajar! :) jejeje Un beso, te invito a nuestro nuevo blog por si te apetece echar el ratito :) Un beso!

    Marta
    www.THE8BIRDS.COM

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  3. Madreeee qué pintaca! O_O ñam ñam ñam <3

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